Los estrategas del Gobierno español y los del PSE están en estos últimos tiempos tratando de acomodarse al nuevo escenario político que emerge en Euskal Herria. Ya empiezan a hablar de los pasos que podrían dar en caso de que ETA activara una iniciativa de calado, pero necesitan vender cualquier posible suspensión de la actividad armada como una victoria del Estado. Sin embargo, frente a esto y la realidad de más de seis meses sin atentados, la tesis oficial es que ETA sigue preparando acciones de enorme repercusión; hoy se habla de un secuestro y mañana de terribles explosiones en Cádiz, Mérida o Sevilla. Y ahí anda Alfredo Pérez Rubalcaba, tratando de salvar cada día la contradicción de anunciar al mismo tiempo la inminencia de un atentado y la también inminente extinción policial de la organización armada.
Noticia en Gara
domingo, 7 de marzo de 2010
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