La afinidad entre republicanos irlandeses y el pueblo vasco está muy arraigada. Cada año numerosos activistas vascos viajan a Irlanda, reuniéndose con activistas republicanos para comparar notas sobre las situaciones aquí y allá. Yo mismo he visitado el País Vasco varias veces. En junio del 2006, fui testigo del tremendo ambiente de ilusión y esperanza que existió durante el período del cese de la lucha armada de ETA, cuyo fracaso en diciembre del 2006, después de solamente nueve meses, ocasionó mucha decepción.A partir de entonces no han faltado, entre bastidores, los intentos de recuperar la oportunidad y la esperanza a las que había dado lugar el cese. Yo y otros miembros de Sinn Féin de alto rango hemos mantenido un diálogo constante con Batasuna (partido político vasco ilegalizado por el Estado español), entre otros, para tratar de ayudar a dar nueva vida al paralizado proceso de paz vasco.

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