La caza de brujas emprendida por las FSE contra las fotos de los presos políticos vascos desembocó ayer en el primer juicio contra una personas acusada de exhibir estas imágenes. Ainhoa Oroz, camarera del bar Ezpala de Iruñea, compareció ayer en el tribunal especial imputada de sendos delitos de «enaltecimiento del terrorismo» y «desobediencia».
Los hechos se remontan a agosto del pasado año, cuando agentes de la Policía española le instaron a quitar las fotos de presos que había en el local donde trabaja, ubicado en el barrio iruindarra de Iturrama. La joven, como admitió en la vista un agente de la Policía española, le espetó que ella no era la responsable del local, por lo que no podía decidir la retirada.
La Fiscalía solicita un año de prisión y otros ocho de inhabilitación. Los vecinos del barrio quisieron arropar a la joven mediante una concentración que realizaron ayer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario