jueves, 17 de junio de 2010

El mediador sudafricano Currin y otros expertos recalcan que la solución empieza en Euskal Herria

Brian Currin volvió ayer al Kursaal de Donostia, donde hace algo más de medio año reveló su implicación directa en la iniciativa abierta por la izquierda abertzale. La anfitriona era esta vez la Diputación de Gipuzkoa, que reunió junto a él a otros tres expertos -Denis Haughey, Pierre Hazan y William Weisberg- para hablar de «la contribución internacional» a un proceso de solución en Euskal Herria. Pero el debate adquirió forma de bumerán, porque tanto los invitados foráneos como los asistentes locales que tomaron la palabra -y entre ellos Juan José Ibarretxe- coincidieron en que el inicio y la clave del éxito están en Euskal Herria.

Tras coincidir en las expectativas abiertas por la izquierda abertzale, los cuatro interlocutores subrayaron la necesidad de que los vascos hallen puntos de encuentro y presionen al Gobierno español para implicarlo en un proceso de paz al que se muestra reacio. Brian Currin fue el más activo y, por su evidente conocimiento de la cuestión, el escuchado con más atención. Por ejemplo, cuando admitió que a día de hoy no se cumple una de las premisas necesarias para que un proceso de resolución prospere: que las partes entiendan que la negociación es la mejor vía. «El Gobierno español todavía cree que aplicando la razón policial está ganando, no se ha convencido de que hay una alternativa mejor», lamentó el facilitador sudafricano.

Por ello, Currin emplazó a «los demócratas de todo el espectro político de Euskal Herria» a conformar «un enorme movimiento por la paz». Su mensaje tenía un valor especial dado que la jornada fue promovida por una institución vasca y que en la sala había importantes dirigentes del PNV -Markel Olano, Joseba Egibar, Juan José Ibarretxe...-, además de otros miembros de la izquierda abertzale, EA o Aralar. El abogado sudafricano dijo que también las gentes del PNV e incluso del PSOE tienen «la responsabilidad de convencer a Madrid», y recordó que eso están intentando hacer los líderes de la izquierda abertzale desde tiempo atrás.

Llamó la atención que el ex lehendakari Ibarretxe tomara la palabra para hacer suyo y recalcar este concepto: «Nos pueden traer de fuera modelos y experiencias, pero si no somos capaces de explicar que mucho antes de ETA existían los derechos de un pueblo y que nos corresponde tomar las decisiones sobre el futuro, me temo que no solucionaremos jamás el conflicto político. No podemos pedir ayuda a los demás sin solucionar nuestros problemas», recalcó en una intervención que cosechó algunos aplausos. Los expertos internacionales asintieron con la cabeza. Uno de ellos, William Weisberg (fundador del Programa para el Análisis y la Resolución de Conflictos de la Universidad de Harvard) se apresuró a apuntar que siempre le había sorprendido la falta de consenso existente en Euskal Herria.

Denis Haughey, activista por los derechos civiles y fundador del Partido Socialdemócrata en el norte de Irlanda junto a John Hume, hizo otro tanto: «Aunque se mire a Irlanda y Sudáfrica, está claro que la solución tiene que ser vasca». Más tarde añadió que está claro que la Policía «no va a resolver el problema porque los vascos tienen una causa por la que luchar». Detalló que los irlandeses «encontramos dos palancas para actuar: intentamos avergonzar a los británicos tanto en el Parlamento Europeo como en Washington. Estas dos palancas no están disponibles para ustedes -matizó-, pero seguro que encuentran algunas otras. Es una cuestión de creatividad».

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