Una gran manifestación exigió en Donibane-Lohizune la verdad sobre la desaparición y fallecimiento del refugiado y militante abertzale Jon Anza, cuyo cuerpo apareció el pasado 11 de marzo en Toulouse, once meses después de que sus allegados le vieran por última vez.
No hubo guerra de cifras. Los convocantes, aunque algún periodista llegó a contar algunos cientos más, dieron el número de 5.000 asistentes, y la Policía francesa el de 4.600. Un veterano miembro de los Renseignements Généraux se acercó hasta en dos ocasiones a dos periodistas de medios vascos para insistirles en que habían contado bien, sin ninguna intención de manipular. «Una gran manifestación», apostilló otro agente de paisano que le acompañaba.
sábado, 17 de abril de 2010
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